11/4/09

¿De qué son retribución los beneficios?

Además de hablar de los salarios como retribución al trabajo, el interés del capital y de la renta que reciben los propietarios de los recursos naturales, nos ocupamos con frecuencia de una cuarta categoría de ingresos, el beneficio. Esta palabra tiene diferentes significados según lo relacionemos con la innovación, el riesgo, el monopolio, los incentivos, etc.

1. El beneficio como retribución implícita a los servicios de los factores productivos

Una parte de los beneficios son simplemente una retribución del trabajo personal de los propietarios de la empresa, otra puede ser la renta por el empleo de recursos naturales propios, y parte, el equivalente del interés del capital aportado por el mismo propietario.

De este modo una gran parte de los que suele llamarse beneficio no es realmente otra cosa que intereses, rentas y salarios bajo un nombre distinto. En Economía se le suele dar a esta parte del beneficio los nombres de salarios implícitos, rentas implícita e interés implícito y se refieren a retribuciones relacionadas con los aportes de factores propios en la empresas.

2. El beneficio como recompensa a la iniciativa y la innovación

Si viviésemos en un mundo ideal en el que todos fuésemos capaces de conocer perfectamente el futuro y en el que no estuviese permitido a los innovadores romper la rutina establecida no habría beneficios salvo las remuneraciones implícitas a los servicios de los factores productivos.

Esta situación se produciría ya que los propietarios de los factores los ofrecerían en el mercado si existiese la posibilidad de obtener retribuciones superiores a las que obtienen en sus propias empresas y se convertirían en empresarios si supiesen que de este modo ganarían más dinero. En un mundo estático y de conocimiento perfecto los precios se igualarían con el costo de producción y desaparecerían los beneficios extraordinarios y sólo perdurarían los beneficios normales.

Como no vivimos ni viviremos jamás en un mundo de estas características siempre existirá una oportunidad para aquellos que son capaces de diseñar una máquina, implantar un nuevo proceso capaz de revolucionar la producción, introducir un nuevo producto o modificar uno ya existente.

A los hombres que hacen cualquiera de estas cosas los llamamos ”innovador”. El innovador es aquel que trata de poner en marcha nuevas actividades, aunque no siempre lo consiga. Es el hombre que posee originalidad y audacia y aunque puede que no sea quien inventa el nuevo procedimiento, es el que lo aplica con éxito.

En este sentido podemos definir al beneficio como el dinero ganado por los innovadores que tienen éxito. Normalmente estos beneficios son transitorios ya que el acceso al mercado de nuevos competidores terminan con los mismos.

Sin embargo, la desaparición de una fuente de beneficios derivados de la innovación siempre es reemplazada por una nueva innovación por lo que dichos beneficios no desaparecen nunca a nivel del conjunto de la economía.

3. El beneficio como retribución al riesgo y la incertidumbre

Hemos visto que los beneficios de los innovadores están estrechamente relacionados con la incertidumbre pero además, es posible observar que aquellos que desarrollan actividades económicas se comportan como si sintiesen aversión a los riesgos, por lo cual es necesario pagarles una prima para que los asuman.

Si la gente se comporta, en general, como adversa al riesgo y trata de evitarlo, preferirá unos ingresos constantes, aunque menores, a otros erráticos, aunque su media sea más alta que la cifra de los primeros. Por consiguiente, las actividades en las que esté presente mucha incertidumbre y riesgo se verán obligadas por la entrada y salida de “tomadores de riesgos” a rendir, en el largo plazo, una prima positiva de beneficio que compense la aversión por el riesgo. Por ejemplo, el capital invertido en dichas actividades recibirá, además del interés correspondiente a las inversiones seguras, otra parte de beneficio extraordinario y lo mismo deberá ocurrir con los demás factores productivos.

4. El beneficio como un rendimiento del monopolio

Por definición, no es posible alterar las denominadas escaseces naturales. Pero, en régimen de competencia imperfecta, nos encontramos, además, con las denominadas escaseces provocadas, es decir las que son generadas por los propios agentes económicos.

Por esta razón, una parte de lo que se llama beneficio es el rendimiento que corresponde a una escasez provocada. Este rendimiento siempre toma la forma de renta de la tierra, salarios o interés, según sea el factor productivo de que se trate.

Cuando existen escaseces provocadas se desarticulan las pautas óptimas para la asignación de los factores y quienes las producen pueden llegar a obtener ganancias elevadas.