Los precios
A través de información que surge de los mercados es posible conocer el valor que la sociedad le otorga a cada bien o servicio de un recurso productivo y, de esta manera, estamos en condiciones de determinar el valor relativo de cada uno de ellos.
Si hemos averiguado el valor de un determinado bien estamos en condiciones de conocer el precio del mismo con relación al de los demás bienes, es decir su precio relativo. Podríamos decir, por ejemplo, un jean vale aproximadamente diez veces lo que vale 1 kg de carne o la cuarta parte de un saco y, a partir de esto realizar, sin ningún tipo de problemas, el intercambio entre los mismos.
El funcionamiento de una economía de mercado depende, precisamente, de la disposición de este tipo de información y si supusiéramos que por un momento desaparecieran todos los precios relativos nos encontraríamos con que la vida económica no podría continuar tal como hoy la conocemos ya que no sabríamos con que base se deberían intercambiar los bienes ni sobre cual otra emplear a los servicios de los factores productivos.
También es posible hacer que el conjunto de los precios relativos sea expresado en términos de un solo bien al que se distingue como numerario, por ejemplo, si considerásemos como tal a un kilo de pan todos los demás precios deberían ser expresados como múltiplos o fracciones del mismo.
En nuestra vida diaria utilizamos al dinero como numerario y como medio de expresión del valor otorgado a todos los bienes, por lo que podemos decir que el precio absoluto de un bien es su relación de cambio por dinero (el número de unidades monetarias necesarias para adquirir la propiedad de una unidad del mismo).
Debemos aclarar que el precio de un bien está dado por la cantidad de dinero al cual efectivamente se produce la transacción y no por el precio que pide en forma unilateral el potencial vendedor, denominado precio de oferta, o el que está dispuesto a pagar el potencial comprador, llamado precio de demanda, en realidad los precios de oferta o de demanda son un claro ejemplo de precios que todavía no lo son.
El sistema de precios
El conjunto de todos los precios de los bienes y servicios de factores conforman el sistema de precios, el cual constituye el mecanismo de orientación que impide que las economías de mercado operen en forma desorganizada y caótica, permitiendo la producción y el intercambio.
El empresario que pretende iniciar la producción de un determinado bien debe adquirir bienes intermedios a otras empresas y contratar los servicios de factores productivos y en todos y cada uno de los casos pagar un precio por su utilización. Si se procede a sumar los montos percibidos por los propietarios de cada uno de dichos insumos obtendremos el costo de producción del bien y una cuestión crítica para cualquier actividad económica consiste en saber si el precio al cual puede ser vendido el mismo se adecua a dichos costos, si los supera será conveniente producirlo pero si es inferior tarde o temprano se deberá concluir con la actividad.
Precisamente esta relación entre los precios a los cuales se pueden vender los bienes y los precios de sus insumos es lo que permite determinar qué bienes y cómo serán producidos por las empresas.
La sumatoria de los salarios percibidos por los trabajadores, la renta de los propietarios de los recursos naturales, los intereses y alquileres percibidos por los propietarios del capital y los beneficios de los empresarios constituye el ingreso de las familias y son éstas las que resuelven la forma en que lo gastarán en la compra de los bienes que necesitan para satisfacer sus necesidades y su decisión también se basa en las señales que emiten los mercados.
De lo expuesto se infiere que las dos funciones básicas del sistema de precios son, en primer lugar, la organización de la producción y, en segundo lugar, la distribución del ingreso y permitir la apropiación del producto real.
- Organización de la producción
Sabemos que todos los sistemas económicos deben decidir qué bienes serán producidos y cuáles serán las características que tendrá la estructura de su producción y, en consecuencia, cómo van a ser asignados los recursos productivos para obtener las cantidades adecuadas de los mismos.
El objetivo básico de cualquier sistema económico debería ser evitar la producción de bienes no deseados ni cantidades incorrectas de los que sí son deseados por los consumidores y de hacer que las unidades productivas logren una utilización eficiente de los factores disponibles.
La búsqueda simultánea de la maximización de la satisfacción por parte de los consumidores y del beneficio por los empresarios son los elementos que determinan la estructura del sistema de precios y ello posibilita la organización de la producción asignando los factores productivos en función de sus precios de manera que las empresas puedan optimizar sus utilidades produciendo, en cantidades adecuadas, aquellos bienes que son más demandados.
- Distribución del ingreso y apropiación del producto real
El conjunto de bienes que cada familia está en condiciones de adquirir depende de su ingreso real el cual está relacionado con la cantidad y la calidad de los factores que le pertenecen, con los precios que pueden ser obtenidos por el servicio que ellos prestan al ser utilizados por la empresas durante los procesos productivos, con las políticas regulatorias y de ingresos aplicada por el estado y con los precios a los cuales pueden ser comprados los bienes.
Los consumidores se enfrentan, en forma permanente, a una amplia cantidad de bienes y la forma en que gastan sus ingresos establece un orden o estructura de precios que refleja los valores relativos vigentes para el público consumidor.
Es decir, cada peso que es gastado por la sociedad es un indicador sobre qué debe ser elaborado y cómo han de producirse los bienes y los cambios en las preferencias de los individuos provocan a su vez cambios en dicha estructura por lo que, consecuentemente, son diferentes las señales que percibe el conjunto de las unidades productivas para desarrollar su actividad.
A través de información que surge de los mercados es posible conocer el valor que la sociedad le otorga a cada bien o servicio de un recurso productivo y, de esta manera, estamos en condiciones de determinar el valor relativo de cada uno de ellos.
Si hemos averiguado el valor de un determinado bien estamos en condiciones de conocer el precio del mismo con relación al de los demás bienes, es decir su precio relativo. Podríamos decir, por ejemplo, un jean vale aproximadamente diez veces lo que vale 1 kg de carne o la cuarta parte de un saco y, a partir de esto realizar, sin ningún tipo de problemas, el intercambio entre los mismos.
El funcionamiento de una economía de mercado depende, precisamente, de la disposición de este tipo de información y si supusiéramos que por un momento desaparecieran todos los precios relativos nos encontraríamos con que la vida económica no podría continuar tal como hoy la conocemos ya que no sabríamos con que base se deberían intercambiar los bienes ni sobre cual otra emplear a los servicios de los factores productivos.
También es posible hacer que el conjunto de los precios relativos sea expresado en términos de un solo bien al que se distingue como numerario, por ejemplo, si considerásemos como tal a un kilo de pan todos los demás precios deberían ser expresados como múltiplos o fracciones del mismo.
En nuestra vida diaria utilizamos al dinero como numerario y como medio de expresión del valor otorgado a todos los bienes, por lo que podemos decir que el precio absoluto de un bien es su relación de cambio por dinero (el número de unidades monetarias necesarias para adquirir la propiedad de una unidad del mismo).
Debemos aclarar que el precio de un bien está dado por la cantidad de dinero al cual efectivamente se produce la transacción y no por el precio que pide en forma unilateral el potencial vendedor, denominado precio de oferta, o el que está dispuesto a pagar el potencial comprador, llamado precio de demanda, en realidad los precios de oferta o de demanda son un claro ejemplo de precios que todavía no lo son.
El sistema de precios
El conjunto de todos los precios de los bienes y servicios de factores conforman el sistema de precios, el cual constituye el mecanismo de orientación que impide que las economías de mercado operen en forma desorganizada y caótica, permitiendo la producción y el intercambio.
El empresario que pretende iniciar la producción de un determinado bien debe adquirir bienes intermedios a otras empresas y contratar los servicios de factores productivos y en todos y cada uno de los casos pagar un precio por su utilización. Si se procede a sumar los montos percibidos por los propietarios de cada uno de dichos insumos obtendremos el costo de producción del bien y una cuestión crítica para cualquier actividad económica consiste en saber si el precio al cual puede ser vendido el mismo se adecua a dichos costos, si los supera será conveniente producirlo pero si es inferior tarde o temprano se deberá concluir con la actividad.
Precisamente esta relación entre los precios a los cuales se pueden vender los bienes y los precios de sus insumos es lo que permite determinar qué bienes y cómo serán producidos por las empresas.
La sumatoria de los salarios percibidos por los trabajadores, la renta de los propietarios de los recursos naturales, los intereses y alquileres percibidos por los propietarios del capital y los beneficios de los empresarios constituye el ingreso de las familias y son éstas las que resuelven la forma en que lo gastarán en la compra de los bienes que necesitan para satisfacer sus necesidades y su decisión también se basa en las señales que emiten los mercados.
De lo expuesto se infiere que las dos funciones básicas del sistema de precios son, en primer lugar, la organización de la producción y, en segundo lugar, la distribución del ingreso y permitir la apropiación del producto real.
- Organización de la producción
Sabemos que todos los sistemas económicos deben decidir qué bienes serán producidos y cuáles serán las características que tendrá la estructura de su producción y, en consecuencia, cómo van a ser asignados los recursos productivos para obtener las cantidades adecuadas de los mismos.
El objetivo básico de cualquier sistema económico debería ser evitar la producción de bienes no deseados ni cantidades incorrectas de los que sí son deseados por los consumidores y de hacer que las unidades productivas logren una utilización eficiente de los factores disponibles.
La búsqueda simultánea de la maximización de la satisfacción por parte de los consumidores y del beneficio por los empresarios son los elementos que determinan la estructura del sistema de precios y ello posibilita la organización de la producción asignando los factores productivos en función de sus precios de manera que las empresas puedan optimizar sus utilidades produciendo, en cantidades adecuadas, aquellos bienes que son más demandados.
- Distribución del ingreso y apropiación del producto real
El conjunto de bienes que cada familia está en condiciones de adquirir depende de su ingreso real el cual está relacionado con la cantidad y la calidad de los factores que le pertenecen, con los precios que pueden ser obtenidos por el servicio que ellos prestan al ser utilizados por la empresas durante los procesos productivos, con las políticas regulatorias y de ingresos aplicada por el estado y con los precios a los cuales pueden ser comprados los bienes.
Los consumidores se enfrentan, en forma permanente, a una amplia cantidad de bienes y la forma en que gastan sus ingresos establece un orden o estructura de precios que refleja los valores relativos vigentes para el público consumidor.
Es decir, cada peso que es gastado por la sociedad es un indicador sobre qué debe ser elaborado y cómo han de producirse los bienes y los cambios en las preferencias de los individuos provocan a su vez cambios en dicha estructura por lo que, consecuentemente, son diferentes las señales que percibe el conjunto de las unidades productivas para desarrollar su actividad.